Jaime Peña es un escritor que, para sobrevivir, hace de todo: artículos, entrevistas e incluso inventa guiones para un programa de sucesos paranormales. Pero, cada día, al comprobar su cuenta bancaria, ve que, lejos de la libertad que prometía el trabajo freelance, lo que está es un paso más cerca de la precariedad. Además, el mundo ha cambiado, y todo aquello que le parecía digno y excitante ya no le interesa a nadie. Para colmo, los del banco no le dejan en paz porque Jaime, que vive en una diminuta buhardilla en el centro de Madrid, no puede hacer frente a sus deudas. Recién salido de otro fracaso amoroso, sabe que a sus 40 años ha llegado al límite, aunque le cuesta rechazar un estilo de vida tan unido a sus convicciones. ¿Tendrá rendirse a lo convencional?     Sin embargo, un e-mail advirtiéndole de que un grupo de gente poderosa está dispuesto a llegar muy lejos para alterar el resultado de las próximas elecciones hará que su vida dé un vuelco y se vea envuelto en un complot que claramente le supera. Un juez conservador, una productora televisiva sin escrúpulos, un exministro de perfil bajo, un empresario triunfador y un tipo oscuro relacionado con las cloacas reunidos en una instantánea. ¿Qué deben estar tramando?     ¿Por qué justo a él le han metido en semejante lío si es un periodista del montón? ¿Es posible que esté ante el escándalo que podría cambiar no solo su carrera sino su propia vida?

Daniel Bernabé es un escritor madrileño nacido en 1980. Se diplomó en Trabajo Social por la Universidad Complutense de Madrid, pero, antes de poner palabras sobre el papel en blanco, pensó que no parecía mala idea estar todo lo cerca que pudiera del oficio de narrar. Por eso acabó trabajando como librero.   Ha publicado dos libros de relatos, De derrotas y Victorias, en 2011, y Trayecto en noche cerrada, a finales de 2014. En 2018 el ensayo La trampa de la diversidad, en 2020 La distancia del presente, la primera crónica social y política de la pasada década, y en 2021 Ya estábamos al final de algo.   Hoy, Bernabé escribe para el diario Infolibre en su columna «Mala Hierba», colabora con el diario El País, y Hora 25 le abre sus micrófonos en una de las tertulias políticas más escuchadas del país.