La cristalera, que antes fueron escenas de películas, monumentos del mundo, astronautas o monstruos varios, esta temporada surge de la imaginación de nuestro inquieto recepcionista de noche Antonio Rodríguez García, como una versión moderna de algunos de los cuadros más famosos e icónicos del Museo del Prado que él tanto ama. Antonio ha trasladado al siglo XXI a personajes simbólicos del arte, aportando, a las emblemáticas escenas de los cuadros, un toque de humor, con anacronismos temporales.
Arte, lo más
El Prado de hoy, el Prado bastardo
¿Quién es nuestro autor?
Antonio Rodríguez García no es artista, no es dibujante, no es pintor y nunca ha pretendido serlo. Amante de los viajes, el arte, y la historia en general, estudio Turismo en la Universidad Rey Juan Carlos. Antes de volver a Madrid en 2017, paso cinco años como guía turístico en Hamburgo (Alemania) y en Boston (EE. UU.). Esta profesión le sirvió para desarrollar con pasión la divulgación de la historia y el arte en general y de esas ciudades con concreto.
Como empleado de la recepción de Bastardo Hostel, desde su inauguración en mayo de 2018 ha visto pasar por las cristaleras a jóvenes artistas con innovadoras propuestas con homenajes a la música, al cine, a la literatura y a otras artes, pero siempre sintió que faltaba homenajear a uno de los lugares que más arte contiene y que más ha inspirado a las siguientes generaciones de artistas: el Museo del Prado. Aquello que era un sentimiento personal guardado para sí mismo. Una carambola del destino, un contratiempo, y una cristalera abierta a todas las propuestas, le llevó a presentar su proyecto. Y como ya lo hicieran Antonio Mingote, Yasumasa Morimura, Salvador Dalí o Pablo Picasso, se lanzó a reinterpretar la obra icónica de Diego Velázquez, después le llegaron el turno a Goya, Rubens, Juan de Juanes y el Greco.
Antonio no busca fama, no busca hacerse un nombre como artista y probablemente no volverá a hacer una locura como esta nunca más. Antonio solo buscaba homenajear al Museo del Prado que tantas veces recorrió en su juventud huyendo de su depresión y la soledad en la que vivió algunos años de su vida, y a la vez aportar a Bastardo Hostel un poco más de sí, para intentar devolver y agradecer todo lo que Bastardo y los bastardos le han aportado en estos cuatro años de compañerismo.
Desde aquí, Bastardo y sus bastardos decimos, "Gracias, Antonio".